El discípulo dijo al maestro:
- Lo he intentado por todos los medios y no lo consigo. ¿Acaso no sirvo yo para estos menesteres?
El maestro invitó al discípulo a caminar junto a las olas y llegaron a un acantilado. Señaló en la distancia un barco que se estaba hundiendo y dijo:
- Dios siempre nos pone a prueba contra nosotros mismos. Es el que llega hasta el final el que encuentra la verdadera sabiduría.
El discípulo, satisfecho, se hizo una paja.
A veces me pregunto porque entro en los blogs de la gente que conozco, al final vale la pena y todo xDD
ResponderEliminar